Cuando te despiertas no quieres salir de la cama porque hace frío.
Sabes que tienes que hacerlo, porque son las diez, y ya has dormido suficiente, pero miras a los pies de la cama y te das cuenta de que te has dejado el pijama en la silla, por lo que tendrás que levantarte para ponértelo. Y hace frío.
Te revuelves un poco. Abrazas la almohada y te acurrucas bajo la manta de plumas, retrasando el momento que tanto odias.
Entonces te sientas. Te frotas los ojos y pones los pies en la moqueta.
Te sacudes con un escalofrío y corres a ponerte el pijama.
No te gusta la rutina, pero maldito el día en que te la quiten.
La vida no es más que un tejido de hábitos.Una buena costumbre es más fuerte que una ley.
ResponderEliminarUn saludo.