Cuando despertó, seguía gritando.
Se dio la vuelta y apretó la cara contra la almohada. Las lágrimas comenzaron a brotar y los gritos no cesaban, recordándole la pesadilla.
-Cálmate ¡por el amor de dios! ¡Vas a despertar a toda la puta finca!
-¡Y a mi que coño me importan los vecinos! - Gritó Nolan, histérica
-Por favor cariño, cálmate, ¡por favor! ¿Qué ha sido esta vez?
- ...Nada.
- Joder Nolan, puedes contármelo.
- Lo estoy haciendo. En el sueño no había nada. No tenía NADA.
Nada más aterrador que la nada.
ResponderEliminarAy, dile que le doy un mimo para que se le pase.
ResponderEliminarMe ha encantado, la verdad
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