26.4.09

Corazón de mimbre.

-Espero que no cambie nunca. Es algo difícil de explicar, pero le quiero. Con sus defectos y virtudes, con todo y sin nada.
-Sobre todo sin nada.
-Sabes a lo que me refiero.
-Sí. Como también sé que se te pasará.
-¿Por qué dices eso?
-Nunca creíste en el amor.


Y se marchó sin despedirse. Cuando me di la vuelta, el banco estaba vacío.