11.5.11

Despiertas en el frío suelo.
Todo está oscuro, ni siquiera ves la rendija de luz bajo una puerta.
Intentas discernir algo en la oscuridad.
Nada.
Desorientada, intentas moverte pero no puedes. Tus manos están atadas a tu espalda, inmovilizándote.
Las piernas no te responden, y, al intentar incorporarte,tu cabeza parece partirse en dos por el dolor.
Sigues consciente unos segundos mas y caes de nuevo.

Vuelves en ti. Esta vez sientes miedo.
Intentas recordar qué ha pasado, pero no puedes. Intentas discernir algo en la oscuridad de nuevo, pero nada.
Espera.
Esta vez si.
En la oscuridad, casi imperceptible, una respiración.

Sabes que no hay escapatoria.

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