18.7.08

Baby drive me crazy

Deslizó su mano lentamente en un recorrido de escalofríos.

La respiración de ella comenzó a agitarse, a ir cada vez mas deprisa.
Estaba impaciente, quería sentirlo.

Sus manos se aferraron a las sabanas mientras su garganta emitía un largo y esperado gemido.

Pero él no se detuvo ahí.

Siguió proporcionándole placer hasta que ella, rendida, le suplicó que parara.

Los dos se extrañaron de que no se hubiera desmayado.


1 comentario:

Susúrrame tus sueños.