31.1.12

Madurar.

El ser humano necesita creer en un "algo" superior. Está en nuestra naturaleza. Tiene una explicación muy sencilla. Dependemos de los otros hasta una edad muy avanzada si nos comparamos con el resto de animales. Moriríamos sin la ayuda de nuestros padres los primeros años de vida.
Esto se traduce mas tarde en una dependencia psicológica de esa seguridad paternal. Y no hay nadie mas paternal que Dios. Saber, o creer en este caso que alguien nos cuida, vigila, juzga... es una buena forma de soportar la carga de una vida dura, larga e injusta. Y de ahí surgieron las religiones, que no fueron si no una forma de conseguir manejar al populacho mediante una carencia psicológica.
La ciencia no ha cubierto esa necesidad de creer. No nos ha dado seguridad, ni mucho menos. Decirle a alguien, demostrarle que esta solo, desamparado, perdido entre miles de millones de estrellas, solo provoca crisis existenciales que la mayoría se niega siquiera a sentir.

La mayoría de la gente ha dejado de creer en Dioses, en Mitos, para pasar a creer en la Razón, ergo en sí mismos.
No critico la ciencia ni mucho menos. Tampoco le quito importancia ni veracidad. No es un ataque a la misma, ni quiero menospreciarla, pero es obvio que el ser humano, animal egocéntrico por excelencia, encuentra reconfortante ser su propio Dios y juez. Con hechos o sin ellos, la batalla estaba ganada.
Una vez leí que la ciencia era la nueva religión. Y en cierta forma es así, supongo.



Que la vida es cruel lo sabemos todos. Nos lo han enseñado desde pequeños. El problema es cuando creemos que el destino se ocupará de nosotros. Cuando creemos que si estamos destinados a ser ricos lo seremos, y que si por el contrario debemos ser pobres, no habrá nada que hacer.
Ese es un error que no hay que cometer nunca. Porque no existe tal cosa como el destino. No existe. Somos dueños de nuestros actos y de nuestro camino. Y el que seamos felices o desdichados no depende de nadie mas que de nosotros mismos. La gente de tu alrededor es efímera. No durará para siempre. Los amigos van y vienen, pero al final el que convive consigo mismo eres tú.
Solo te tienes a ti mismo.

Llega un momento en la vida en que te das cuenta de todo esto.
Ese momento de vacío existencial en que "descubres" que no hay un dios o ente supremo que te cuide y guíe. Que el destino no existe, pese a que seria genial que así fuese, y que el único responsable de tus actos eres tu mismo.
Un momento en que debes dejar de poner excusas a tus fracasos, de echarle la culpa a los demás y agarrar el toro por los cuernos.
La mayoría lo consigue, lo afronta por que es fuerte. Se da cuenta y no le da mas importancia.
Otra gente no puede. Se acobardan frente a la vida, cruel y despiadada con los débiles y lo dejan todo.
Y luego está la gente que retrasa el momento de despertar. El momento de "madurar". Que no son ni fuertes ni débiles, simplemente se duermen en los Laureles.

Hasta que llega la vida, en forma de una mano amiga o enemiga. En forma de banco, notas de estudios o carta de despido. Y le pega las dos hostias que sus padres no pudieron darles.

Y es en ese momento cuando se descubre si esa persona era un diamante o un trozo de tierra.

2 comentarios:

  1. Sí señor. Esta entrada me ha encantado, joder.

    Perdona mi entrada un tanto basta (jaja), te he encontrado a raíz del blog ''Políticamente incorrecta" y de veras, no todos escriben las verdades e incluso se las roban a otros. A estas alturas de la vida, la gente ya no puede esconder su hipocresía y les es más fácil criticar a quien se sale de los cánones del Español (o europeo) "normal".
    Si me permites, te voy a seguir, así iré leyéndote siempre que me sea posible (;

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    1. Me siento muy alagada. Y claro que te lo permito, estoy más que encantada.

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